Applied Scholastics:
Un Renacimiento en la Educación
Gracias a los esfuerzos de Applied Scholastics International, una organización de beneficio público no lucrativa que se dedica a mejorar la educación en todo el mundo, en la actualidad, se está aplicando la Tecnología de Estudio de L. Ronald Hubbard en alrededor setenta países de todos los continentes. También está en funcionamiento a lo largo de planes de estudios completos y sistemas escolares enteros. Entonces, también, y en total, más de treinta millones de estudiantes han participado en proyectos de Applied Scholastics diseñados para mejorar destrezas educativas a lo largo de lo que anteriormente representaba el callejón sin salida de la educación occidental.
Para citar solo un poco de lo que sucede cuando las tecnologías del Sr. Hubbard para el aprendizaje y la alfabetización llegan a ser prominentes: un estudio del distrito escolar de Los Ángeles reveló un aumento del promedio equivalente a 1.6 años escolares en el vocabulario y en la comprensión después de solo diez horas de instrucción en la Tecnología de Estudio, mientras que sin poner demasiada atención en esto, un estudiante verdaderamente incrementó sus calificaciones en sus exámenes en un grado equivalente a cinco años escolares después de solo veinte horas de instrucción. Los instructores también informaron de una mejora general en la capacidad de los alumnos para aprender, en la capacidad para leer y una mejora totalmente inesperada en la conducta en el salón de clases.
Un estudio en Arizona puso a prueba a los estudiantes empleando la Tecnología de Estudio justo después de haber iniciado el año escolar y a los seis meses. Los resultados fueron igualmente sorprendentes con las pruebas estándar de lectura que revelaron un avance promedio equivalente a dos años escolares en cuanto a comprensión y vocabulario. Siendo cuatro veces mayor de lo esperado, el logro es especialmente singular si se tiene en cuenta que no se dio instrucción personalizada.
En una clase de una escuela secundaria de bajos recursos de Sudáfrica se preparó a un grupo de estudiantes de bajo nivel socioeconómico con los métodos educativos del Sr. Hubbard y los logros no fueron menos extraordinarios. Al final del año escolar, los estudiantes lograron un 91 por ciento de aprobados en el examen del Departamento de Educación de ese país. Mientras tanto, un grupo de control, sin la Tecnología de Estudio, terminó el año, con un muy triste 27 por ciento de aprobados en el mismo examen.
En el estado de Puebla en México, los estudiantes que fallaban habitualmente hicieron un curso de cinco semanas en la aplicación de la Tecnología del Estudio. Inmediatamente después, las notas de los exámenes subieron tres veces más que el promedio nacional y el Ministro de Educación implementó a nivel nacional el programa de la Tecnología de Estudio y creó una academia de formación de profesores dentro del ministerio mismo.
A lo largo de las calles desesperanzadas de los barrios bajos de la comunidad de Compton en Los Ángeles, la Tecnología de Estudio del Sr. Hubbard logró milagros igualmente impresionantes: resultados equivalentes a mejoras equivalentes a dos años académicos se lograron con no más de veinte a cuarenta horas de estudio parcial, y esto, con miembros analfabetos y empedernidos de pandillas callejeras.
L. Ronald Hubbard nos dice que el objetivo explícito es generar una especialización en el uso y la construcción del lenguaje para que los estudiantes puedan transmitir conceptos y pensamientos con claridad y lucidez. Huelga decir, y de manera trágica, que lo contrario es muy a menudo el caso, dejando a generaciones enteras sin ningún tipo de concepción real de la página impresa ni del poder intrínseco de las palabras. Sin embargo, teniendo en cuenta lo que el Sr. Hubbard nos dejó, en efecto, hay mucha esperanza; de ahí su resumen apasionado que dice: “Ayudemos a los jóvenes a disfrutar de una vida de aprendizaje y de un amor por la palabra escrita”.
Para la información completa sobre las soluciones del Sr. Hubbard en cuanto a la educación, véase la edición de la Colección de L. Ronald Hubbard, Filántropo: Educación, Alfabetización y Civilización.